Decidimos desarrollar simuladores en los años 1998 y 1999, basados inicialmente en nuestra experiencia docente y la necesidad de una herramienta de capacitación que realmente permitiera el desarrollo de habilidades en el uso de los sistemas computacionales en poco tiempo y con gran efectividad en el aprendizaje.
Nuestras primeras aproximaciones, vistas ahora en el tiempo, fueron extremadamente ambiciosas, ya que iniciamos con Internet Explorer, Outlook Express, Microsoft Word, Excel y Microsoft Windows 98/XP. Esto nos permitió desarrollar simuladores que navegaban o recibían y enviaban correos sin necesidad de una conexión a internet, o crear documentos y hojas de cálculo con alto grado de complejidad en Word y Excel, en un ambiente simulado que no se diferenciaba en modo alguno del real.
En el caso de Windows logramos incluso simular desde los reinicios del equipo, hasta el explorador de archivos con todos sus detalles, se trabajaba con el panel de control y se configuraban y personalizaban los aspectos esenciales sin necesidad de poner en riesgo el equipo al estar en un ambiente 100% simulado.
Para GLBase Ltda. la principal característica de un verdadero simulador está en la capacidad de simular la tecnología en que fue desarrollado el aplicativo. Una de las mayores deformaciones es asumir que una película Flash o un PPT de Microsoft Power Point es un “simulador” de una aplicación que no está basada en esas tecnologías.
Las soluciones de capacitación “pasivas” como los PPT, las películas Flash etc. tienen un alcance muy limitado en el intercambio de datos y en la capacidad de reproducir entornos orientados a eventos, es decir, aplicativos que en una misma pantalla están desarrollando varias acciones y que pueden desencadenar múltiples procesos. Este tipo de soluciones no desarrollan habilidades en el uso de los aplicativos o lo hacen de manera extremadamente limitada. Son mucho más útiles en la inducción de conceptos y en habilidades blandas.
Por su parte, los aplicativos reales no son concebidos como herramienta de capacitación, por lo tanto, el disponer de la data necesaria, validada y en cantidades suficientes es un problema. Las réplicas del sistema son usualmente inestables (se caen con frecuencia) y muchas veces solo están disponibles en determinadas áreas de la institución.
Igualmente disponer de aplicativos reales encarece el proceso por la necesaria adquisición de las licencias, el mantenimiento periódico de sistemas que no fueron concebidos para capacitar, el traslado de los participantes, la inclusión de capacitadores, etc. Por otro lado, la estandarización del proceso de capacitación, que debería ser un objetivo que lograr, se hace extremadamente difícil al depender de tantos factores externos no controlables.
Los simuladores ofrecen una “libertad controlada” que permite que el estudiante no pueda realizar acciones más allá del ámbito de control del simulador, incluso cuando se le admite equivocarse o realizar acciones en “libertad”.
Los simuladores que interactúan con dispositivos externos posibilitan realizar la capacitación incluso en ausencia de estos.
Volviendo al inicio, ¿Por qué simular?
Porque es útil para la empresa, porque desarrolla habilidades en los participantes, porque disminuye los costos y aumenta notablemente la eficiencia, porque en el uso de sistemas de computación sigue siendo hoy la tecnología más al alcance de todos, porque si es bien implementada se aprecian los resultados casi inmediatamente.
En GLBase Ltda. seguimos desarrollando la tecnología que sustenta nuestros simuladores, nuestro equipo de investigación está avanzando en la incorporación de elementos de Inteligencia Artificial y de Realidad Aumentada, que incrementen aún más la eficiencia y las capacidades de nuestros simuladores